martes, 28 de junio de 2016
La directora de Protección Civil de Distrito Capital
junio 28, 2016
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Caracas
Martes
28 de junio de 2016
La directora de Protección Civil de Distrito Capital, señaló que se están ejecutando procesos de demolición de viviendas en terrenos inestables en varios sectores de la ciudad
Caracas es una ciudad en la que persisten condiciones que hacen especialmente riesgosa la incidencia de las lluvias o el impacto de un eventual sismo de gran magnitud. En vista de ello, el Gobierno Nacional hace esfuerzos no solo para mitigar los peligros que conllevan los eventos de este tipo, sino también para trasladar a numerosos grupos de personas de sitios inseguros a zonas estables.
Bárbara Rubio, directora de Protección Civil del Distrito Capital, explicó al Correo del Orinoco que, bajo la coordinación de la Vicepresidencia de la República, están participando en los procesos de demolición de viviendas en riesgo ubicadas en sectores que están siendo desalojados. En este momento, señaló, “estamos en el sector Blandín” de la carretera vieja Caracas-La Guaira.
Rubio comentó que en la administración de desastres, un elemento clave es la mitigación, que consiste en disminuir el impacto de los fenómenos naturales. “No se pueden evitar ni la lluvia ni los sismos, pero ante un terreno inestable, se puede evitar que la gente muera aplastada”, si previamente es movilizada a un lugar seguro.
Al referirse a las comunidades más vulnerables, Rubio precisó que de acuerdo con los mapas de riesgo que han elaborado las autoridades competentes, las parroquias Sucre y Antímano son la que presentan mayores niveles de riesgos. Agregó que se han detectado 32 puntos críticos, y que tanto Protección Civil, el Cuerpo de Bomberos del Distrito Capital, y las corporaciones de servicios del Municipio Libertador y del Distrito Capital, trabajan coordinadamente. De ese modo, en el momento indicado, “cada quien sabe a cuál de los 32 puntos críticos de la ciudad debe acudir”.
En el proceso de preparación para atender desastres, Rubio estimó de suma importancia el trabajo de las corporaciones de servicios, ya que en el caso de las lluvias, el mantenimiento permanente de los drenajes, genera una reducción de las condiciones de riesgo.
“Se puede apreciar, cuando hay una lluvia fuerte en Caracas, cómo se comportan los drenajes del lado oeste de la ciudad y cómo funcionan aquí en el Distrito Capital”, añadió. Al respecto, valoró la experiencia del programa de Caracas Prevenida, impulsado por el Gobierno del Distrito Capital (GDC).
Este programa va directo a las comunidades mediante jornadas de capacitación en y orientación en las que se hace mucho hincapié en mantener los cauces de las quebradas limpios. Se les enseña que esas es una medida de reducción de riesgo, pues “son los desechos sólidos de gran volumen los que generan inundaciones y eventos mayores”, describió la servidora pública.
Aseguró que la Revolución Bolivariana continuará efectuando esfuerzos para que la comunidad aprenda a convivir y a disminuir sus propios riesgos.
Rubio explicó que el Programa Caracas Prevenida, fue ordenado directamente por la jefa del GDC, Jacqueline Faria. A PC-DC le correspondió crearlo. El propósito, acotó, “es llevar conceptos de preparación para desastres a las comunidades en riesgo”, a los centros educativos del Distrito Capital y a las instituciones del Estado. Producto de estas jornadas, en las comunidades se ha ido constituyendo los comités comunales de riesgo.
Se le da especial importancia al trabajo con las escuelas, que son visitadas desde el principio del año escolar. La primera acción que realizan son las practicas de desalojo. Luego se trabajan con las niñas, los niños y las maestras y los maestros conceptos básicos de autoprotección y qué hacer en el momento de un sismo. También se imparten conocimientos de primeros auxilios y rescate.
Cuando la comunidad escolar completa el proceso de capacitación, en alianza con la Secretaría de Educación, Protección Civil entrega al centro educativo un equipo (unos maniquí) para que las y los niños continúen practicando la reanimación cardio-pulmonar. También maletines de primeros auxilios y sirenas, cuyo sonido sirve para alertar sobre un evento sísmico.
La formación consta de una batería de 10 talleres, entre los que destaca el mapa de riesgo, para que la comunidad conozca su entorno.
Rubio explicó que se entregan sirenas porque durante las prácticas de desalojo, la alerta se daba con el timbre del colegio, pero se dieron cuenta de que “para la niña o el niño, el timbre significa recreo. Entonces tuvimos que buscar una señal auditiva distinta, diferente para que ellos entendieran e identificaran el peligro”.
La preparación para desastres naturales en los centros educativos, no termina nunca, porque la población escolar se renueva cada año y de hecho “las comunidades también cambian”, señaló la servidora pública.
Al referirse a los riesgos específicos de Caracas, precisó que existen dos amenazas fundamentales: la hidrometereológica -la de mayor recurrencia- generada por las lluvias y la sísmica, ya que el Valle de Caracas, está asentado sobre un sistema de fallas ubicadas al norte de la ciudad.
De estas fallas, indicó que la más importante es la del río Tacagua, ubicada en la parroquia Sucre, “está por toda la zona de Gramoven y llega al estado Vargas”. Esta falla está en constante movimiento, por ello, el sector de Gramoven y la carretera vieja Caracas-La Guaira, es inestable.
Debido a que el valle de Caracas es sísmicamente inestable, espacialmente en la zona norte, siempre existe la posibilidad que ocurra un sismo en la ciudad. Al respecto, Rubio afirmó que si bien un fenómeno de este tipo es un evento natural, la afectación obedece al asentamiento de la población en las zonas vulnerables. “El sismo no respeta condiciones sociales, lo que no quiere decir que todas las personas que viven en zonas de desarrollo no controlado, sean la más susceptibles”, aseveró.
Explicó que la intensidad con la que se experimente un sismo depende del punto donde se desarrolla el movimiento y la profundidad. Para ilustrar la explicación, puso como ejemplo un lago en calma, al que se lanza una piedra, inmediatamente se producen unas ondas, las cuales se desplazan. El sismo tiene un punto de origen o un epicentro donde se produce la falla, y dispara una onda expansiva como en el lago.
Esta es la razón, añadió, por la que se han producido movimientos sísmicos, por ejemplo, en el estado Barinas y se sienten en el Municipio Chacao o en San Bernardino: “También la afectación varía, en cuanto a que hay sismos que son horizontales y otros son verticales”.
Apuntó que el movimiento sísmico horizontal es más suave y controlable, ya que las estructuras se mueven pero no se derrumban. En el caso de Venezuela, a partir del terremoto de 1967 se han utilizado las normas sismorresistentes, por parte de los arquitectos y los ingenieros. Por el contrario, el sismo vertical genera el quiebre violento de las infraestructuras.
Subrayó que existen en la ciudad muchas zonas inestables, porque son terrenos que “han venido rodando del Waraira Repano”, que fundamentalmente están asentados en la zona norte de Caracas. “Este terreno flojo es el que más sufre en el momento de un sismo”.
Por ello, el terremoto del año 1967, recordó afectó la zona de Los Palos Grandes, ya que todo ese sector es terreno que “ha venido rodando” del Waraira Repano.
Sobre los planes de contingencia, Rubio especificó que de acuerdo a la Constitución Nacional, Protección Civil es el órgano de seguridad ciudadana encargado de la preparación para afrontar los desastres naturales. En ese sentido, en los distintos niveles de la organización han estado “sumando esfuerzos” en el tema de la preparación para los distintos tipos de eventos.
En el Distrito Capital, acotó que Protección Civil en el año 2010 inició un trabajo a raíz del terremoto ocurrido en Chile, por instrucciones expresas del comandante Hugo Chávez, sobre la imperiosa necesidad de la preparación y la formación para afrontar un movimiento sísmico.
Ante los lineamientos del presidente Chávez, sostuvo que inmediatamente la jefa del GDC asumió el compromiso y ejecutó esas instrucciones: “Las delegó en nosotros”, precisó.
Rubio detalló que de acuerdo con la Carta Magna, el servicio de protección civil es concurrente, por ello, existe una Protección Civil municipal que depende de las alcaldías y la Protección Civil Nacional. PC-DC que, como se dijo depende de la jefa de Gobierno”, y la PC Nacional. Para cumplir con su misión, “articulamos acciones entres los tres, en un solo esfuerzo”.
Según Rubio, los eventos de la naturaleza tienen períodos de recurrencia. Al respecto explicó que en el país, por ejemplo, de julio a agosto se presenta una temporada de vientos fuertes, que atraviesan toda la costa. Después comienzan las lluvias, cuya mayor afectación es desde septiembre hasta finales de diciembre.
Sobre las lluvias, manifestó que según los pronósticos del Instituto Nacional de Meteorología Hidrología (Inameh), “tenemos un año seco”. En ese sentido, aseguró que aunque el fenómeno del Niño “propiamente dicho no se ha presentado”, la temporada de lluvia se caracteriza en que cae mayor cantidad de lluvia en menos tiempo, “típico de El Niño”.
Rubio aseveró que este tipo de lluvias al ser tan breves e intensas, son las que generan sequías porque erosionan la tierra, “esas lluvias no la nutren”.
Recordó que, además de los problema con las lluvias, Caracas tiene su historia con los sismos. Señaló que el más antiguo del que se tenga registro histórico, data de 1531. Y precisó que cada sismo tiene sus características, por ejemplo, el terremoto ocurrido en 1967 no tiene la misma recurrencia al evento de 1812.
En este momento, año 2014, “estamos montados en un período de recurrencia, que es el sismo ocurrido en 1900”, que fue un evento de un nivel de afectación importante para Caracas, ya que tuvo una intensidad de 6.5 “sobre todo porque tenemos una ciudad muy compleja”.
Sobre esa complejidad, sostuvo que obedece a la construcción de viviendas en terrenos inestables, “producto del capitalismo la gente se asentó en las márgenes de la ciudad, de allí viene, el término marginal”.
Sin embargo, aunque trágicas, atestiguó que las lluvias caídas en el país durante el año 2010, deslizó los terrenos más inestables, lo que impulsó al Gobierno revolucionario, entonces, a cargo del presidente Hugo Chávez, a movilizar mucha población en riesgo a lugares seguros. Son las familias que actualmente están siendo beneficiadas por la Gran Misión Vivienda Venezuela.
Protección Civil cuenta con la Unidad de Control de Riesgo que diariamente visita las comunidades de Caracas para identificar los riesgos. Con base en ello se generan unos mapas, “por eso, la comunidad y nosotros sabemos dánde están las casitas de mayor peligro”.
“Es la propia comunidad la que sabe dónde está la población vulnerable. También donde viven las personas con discapacidad, adultos mayores, o una mujer con muchos niños”, agregó.
Señaló que la propia comunidad es quien determina el escenario de riesgo que quiere trabajar, en función de esa decisión, se efectúa el simulacro, “se trata de abordar el riesgo que sienten más grave para ellos”. Algunos simulamos movimientos de sismos y en otras, el desalojo por lluvias muy fuertes.
En relación al equipamiento de Protección Civil, la servidora pública, refirió que están en proceso de adquisición dos nuevas ambulancias y están recibiendo los recursos económicos requeridos para la formación y dotación de los Consejos Comunales.
Señaló que dejan a las comunidades recursos para el rescate básico, como cuerdas, pitos, ponchos y otras materiales. Otros recursos, indicó que se destinan para la identificación de condiciones de riesgo, que consisten en equipo especializado para el monitoreo de las comunidades.
Además de ese proceso de preparación de las comunidades y los centros educativos, Rubio manifestó que se desarrolla el proceso de preparación interinstitucional, porque “nosotros hacia dentro tenemos que medir nuestras capacidades y tiempos de respuestas”.
Por ello, resaltó que cuando organizan y realizan un simulacro tanto las escuelas, las comunidades o en las instituciones del Estado, en paralelo los funcionarios se ponen de acuerdo y al disparar la alarma en el punto del simulacro, también arrancan los distintos equipos de su base natural para medir el tiempo de repuesta ante un evento.
Los movimientos sísmicos (terremotos) son comportamientos naturales de la tierra, ya que “el planeta está vivo, la Tierra se mueve todos los días”. El planeta está formado por placas, las cuales son como piezas de un rompecabezas, que juntas forman la corteza terrestre.
La presidenta de Protección Civil, Bárbara Rubio, explicó que al ser la Tierra un planeta vivo, las placas se mueven para liberar energía, esos movimientos son los que provocan los sismos o terremotos. De hecho, esos movimientos sísmicos conforman los sistemas de fallas en los países del mundo.
En el caso específico de Venezuela, precisó que el país se encuentra al norte de Sur América y por tanto, estamos en el borde la placa del Caribe. Al ocurrir movimientos en esta placa repercuten en tierra firme, la cual presenta tres sistemas principales de fallas: el de Boconó, que atraviesa todo el occidente; el de San Sebastán, que abarca la zona norte costera y el sistema de falla El Pilar, que afecta el oriente el país.
T/ Leida Medina
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